PROGRAMA DE FORMACIÓN Y EVALUACIÓN DOCENTE UMAG

Para la UMAG, el concepto de hombre educado tiene que ver con aquella persona que es capaz de encontrarse a sí misma, que es más como ella misma y menos como los demás, que es capaz de actuar ante y en la vida (profesional y personal), que decide de forma autónoma, que ejerce la libertad y responde por ella, que convive mejor, que vive con satisfacción y esperanza. Estando de acuerdo con lo anterior, es obligatorio preguntarnos ¿la práctica docente en la UMAG está orientada a la formación de ese tipo de hombre?

Para ello, es necesario recurrir a los estudiantes de forma permanente como fuentes de información de primera mano, con el objetivo de conocer lo que sucede dentro del aula. Esto da origen a lo que se denomina Programa de Evaluación del Desempeño Docente, programa que entró en operación en el verano de 2011 y que sigue vigente hasta el día de hoy, teniendo como objetivo conocer las percepciones que los estudiantes tienen de las prácticas docentes de sus profesores y profesoras.

El proceso educativo de calidad es la clave del éxito educativo; el programa de formación docente parte de una intencionalidad consciente que pretende centrar sus esfuerzos en:

  • Entendimiento y comprensión de la filosofía educativa de la UMAG. A efecto de concretar las acciones educativas en el marco de nuestra filosofía.

  • Concretación de las acciones educativas en el marco del socio-constructivismo, pensamiento crítico, y del humanismo integral.

  • Hacer de las mejores prácticas docentes, una opción para potencializar una acción educadora más cercana al perfil de hombre buscado. En el marco de la participación y colaboración de la planta docente.

Por tanto, se despliegan una línea de acciones concretas que consisten en la formación a través de Diplomados, cursos y talleres, dirigidos a la planta docente de la UMAG, teniendo por objetivos:

  • Contribuir a la comprensión crítica de los problemas y desafíos académicos de la universidad.

  • Promover procesos de mejora continua de la práctica docente en el marco de sus funciones: docencia, extensión, investigación y gestión.

  • Contribuir a la mejora de la calidad de la enseñanza y la formación universitaria.

Por su parte, la evaluación desempeña diversas funciones, es decir, sirve a múltiples objetivos, no sólo para el sujeto evaluado, sino también al profesor y en general a la institución educativa. El aprendizaje del estudiante medido en términos de conocimientos y habilidades intelectuales ha sido el objeto más popular de la evaluación educativa. Sin embargo, nada se opone a que otros aspectos que tienen que ver con el proceso de enseñanza-aprendizaje puedan ser evaluados, no solo evaluando los aprendizajes de los alumnos, sino que, hoy día, se le atribuyen nuevas funcionalidades que amplían el espectro de aplicabilidad de la evaluación.

La evaluación debe ser un momento didáctico, específicamente orientador, tanto para los alumnos como para los docentes; se trata de un principio de retroalimentación sobre lo que unos y otros han realizado durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, siendo conscientes de ello. El objetivo, por tanto, es la mejora permanente del proceso de enseñanza-aprendizaje y del desempeño de sus actores principales. (alumnos-docentes)

En los últimos 20 años, los sistemas latinoamericanos han orientado sus esfuerzos al mejoramiento de la calidad de la educación, y en este esfuerzo se han encontrado con la variable del desempeño profesional del profesor, como un factor muy influyente y a veces determinante para el logro cualitativo del proceso educativo.

La evaluación del profesor juega un papel fundamental, toda vez que permite caracterizar su desempeño y, por tanto, propicia su desarrollo futuro.

Es importante reconocer que la enseñanza está por y para el aprendizaje; sin ella, sin embargo, es importante destacar que mediante la enseñanza, el aprendizaje se estimula, pero no es su consecuencia. Así, estos dos aspectos integrantes de un mismo proceso (enseñanza-aprendizaje), conservan cada uno por separado sus particularidades y peculiaridades al tiempo que conforman una unidad, entre la función orientadora del profesor y la actividad del estudiante. Si bien el profesor juega un papel indispensable en este proceso por desarrollar la actividad didáctica, también es importante mencionar al estudiante el cual refleja esta labor por medio del aprendizaje.

En la UMAG, nuestros docentes participan de forma activa en procesos de formación permanente que les permiten ser el orientador de la enseñanza, debiendo ser fuente de estímulos que lleve a los alumnos a reaccionar para que se cumpla el proceso de aprendizaje. Por otro lado, el deber del docente es tratar de entender a sus alumnos, distribuir sus estímulos entre los alumnos de una forma adecuada, de modo que los lleve a trabajar de acuerdo con sus peculiaridades y posibilidades.

De igual forma, de acuerdo a la formación docente que nuestros docentes reciben y al ser aplicada, ésta deberá ser evaluada por nuestra comunidad estudiantil. Nuestra Evaluación del Desempeño Docente tiene por objeto establecer las prioridades y estrategias que favorezcan el proceso de la mejora de la práctica docente en la UMAG, a través de la participación activa y comprometida de los estudiantes como evaluadores del proceso enseñanza-aprendizaje.

Te invitamos, una vez que pertenezcas a la comunidad universitaria Jaguar, participes activamente en la evaluación del desempeño docente.